Muere Inmaculada Echevarría

Inmaculada Echevarría de 51 años edad, mujer que padecía distrofia muscular progresiva y le obligaba a estar 24 horas al día sobre una cama, ha muerto a las 21.00 horas en el Hospital de San Juan de Dios al retirársele el respirador que mantenía con vida.

Su deseo desde hacía más de 10 años era precisamente ese, que la dejaran morir sin sufrimiento. Y así fue. La Junta de Andalucía y el Consejo Consultivo de Andalucía hicieron posible esta polémica medida.

Como contrapartida la Curia General de la Orden de San Juan de Dios, responsable de la gestión del centro donde Inmaculada estaba internada se opuso a dicha medida.

El debate sobre el derecho de uno mismo a desear su suerte frente a estas extremadas condiciones lleva años martilleando la moral de unos y otros, los que están a favor de la medida y en contra de ella.

El Código Ético y de Deontología Médica del año 1999 expresa en su capítulo VII, artículo 27, tercer párrafo que "el médico nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni si quiera en caso de petición expresa de éste".

Una controversia que debe ser replanteada y aclarada cuanto antes para prestar veredictos unánimes en esta situación y, sobre todo, cumplir con el objetivo prioritario y final de ayudar al paciente terminal.