lunes, 19 de marzo de 2007

Instituciones Financieras Multilaterales

Dos grandes organismos son los encargados de encauzar los desajustes económicos en el panorama internacional. Los dos fueron paridos entre el 1 y el 22 de julio de 1944 en los llamados Acuerdos de Bretton Woods. Nacía así en el Hotel Mount Washington (Nueva Hampshire) el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) amparando al dólar como la moneda oficial de carácter internacional.

Los intereses estadounidenses se impusieron a las del Barón y economista británico John Maynard Keynes, quien apoyaba la construcción de un órgano llamado Internacional Clearing Union que debía emitir una moneda internacional vinculada a las divisas fuertes y, a través de la cual, los países con excedentes financiarían a los países deficitarios. Esto era beneficioso para todos los países, todos menos para EEUU. Los norteamericanos jugaron y lo hicieron muy bien. En un continente europeo devastado por la guerra y necesitario imperioso del futuro Plan Marshall made in USA y, por si fuera poco, resguardando EEUU los 2/3 de reservas mundiales de oro si alguien podía imponer sus convenios y necesidades eran, precisamente, los representados del presidente Franklin Delano Roosevelt.

A partir de Bretton Woods, todos los países debían vigilar su balanza comercial. Si en ella había déficit entraba, entonces, en juego el Fondo Monetario Internacional y el Grupo Banco Mundial para proveer préstamos a los Estados con dichos problemas consensuando, previamente, las políticas económicas como método de seguridad.

El FMI es una organización intergubernamental (OIG) universal en cuanto al sector económico y financiero se refiere, pues cuenta en su haber con 184 estados que lo comprenden. También esta OIG forma parte de ese maremágnum que conforma el sistema planetario de Naciones Unidas (ONU) al haber suscrito un acuerdo por el que lo convierte en un ente especializado en su materia con clara autonomía en su cometido.

Esta organización intergubernamental de carácter financiero universal en la órbita de la ONU busca promover la cooperación internacional en temas monetarios internacionales y facilitar el movimiento del comercio a través de la capacidad productiva. El FMI fomenta la estabilidad de cambio entre las diferentes monedas de cada Estado a fin de evitar depreciaciones, y facilita un sistema multilateral de pagos y de transferencias para las transacciones, tratando de eliminar las restricciones que dificultan la expansión del comercio mundial. Su máxima es permitir una libertad en la entrada y salida de capitales en todo el Globo. Este organismo financiero cumple, también, trabajos de asesoría a gobiernos y bancos centrales para orientar políticas económicas acorde a los cánones del FMI.

Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional ha visto criticado sus métodos aplicados en los países del Tercer Mundo o en vías de desarrollo. Mientras los países desarrollados o medianamente industrializados pueden subsanar y aguantar las anomalías producidas por la política impuesta por el FMI por acogerse a sus préstamos e intereses, hay otros Estados menos agraciados y desfavorecidos que no pueden seguir ese ritmo impuesto y saltar de una economía primaria a otra en la que se exigen factores que no se tienen.

Los países tercermundistas o en vías de desarrollo han criticado algunos de los condicionamientos que impone el FMI para el pago de su deuda o el otorgamiento de nuevos préstamos. Este organismo financiero tiene una política económica muy rígida y tiene claro que los Estados deudores deben poner en manos privadas multitud de empresas nacionales que se ocupaban del servicio social. La clave está en que aquellos que puedan pagarse la prestación social de su bolsillo lo hagan y liberen, por tanto, al Estado de esta carga innecesaria. Así, quizás, manteniendo lo básico como Sanidad o Educación a cargo del país y dejando Comunicación e Infraestructuras y Fomento de manos de empresas privadas se consiga aliviar la pesada carga económica de los gobiernos menos desarrollados. Pero el resultado es bien distinto. Supuestamente en una población mayoritariamente pobre muy pocos son los afortunados de pagarse algo con sus propias y míseras monedas. De esta forma, esta medida de recorte social golpea duramente a las clases más bajas desproveyéndolas de lo poco que tenían asegurado. El resultado resulta ser un despropósito.

Otra de las posturas más criticadas del FMI es la eliminación de subsidios al mecanismo productivo, lo que en numerosas ocasiones merma y resquebraja el aparato o maquinaria de hacer dinero.

Con el fin de aumentar la recaudación fiscal ha sido normal la puesta en marcha de impuestos regresivos, como el Impuesto de Valor Añadido (IVA), que gravan sobre productos necesarios y de primera mano. Otra vez volvemos a lo anteriormente expuesto sobre las medidas que acaban incidiendo, principalmente, en las capas sociales menos favorecidas.

El FMI recomienda la libre flotación de divisas eliminando barreras cambiarias, con lo que perjudica a las monedas menos fuertes que necesitan algún tipo de plusvalía para obtener fuerza.
La implementación de una estructura de libre mercado en bienes y servicios, sin dejar al Estado casi ningún tipo de maniobra y actuando prácticamente como supervisor de la situación, en un país donde hay un comercio primitivo no parece la opción más idónea para incentivarlo.

El concepto de servicios que maneja el FMI comprende estructuras que tradicionalmente salvaguardan los derechos fundamentales, como es el caso de la educación, la salud o la previsión social. Dejar en manos privadas estos derechos supone un riesgo social importante en países tercermundistas.

Las consecuencias de estas medidas recomendadas por el FMI fueron, en muchas casos, desoladoras para muchos países en vías de desarrollo. En algunos países latinoamericanos se produjo una desaceleración industrial retornando a economías exportadoras de materias primas. Las medidas adoptadas, lejos de permitir una redistribución equitativa de la riqueza, aumentó las desigualdades con el agravamiento de que las redes sociales de apoyo a los sectores más desfavorecidos eran ahora más restrictivas, por lo que menos gente podía acogerse a ellas. Tampoco hay que olvidar que muchas de estas recomendaciones fueron aplicadas por gobiernos dictatoriales y corruptos, lo que significó una integración desequilibrada a la economía mundial.

Por la dificultad al acceso de empréstitos otorgados por el FMI nace el Grupo Banco Mundial, donde entre sus objetivos está el de reducir la pobreza mediante préstamos de bajo interés, créditos sin intereses a nivel bancario y apoyos económicos a las naciones en desarrollo.
El Grupo Banco Mundial integra al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la Asociación Internacional de Fomento (AIF), la Corporación Financiera Internacional (CFI), el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (OMGI) y el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI).

Al Banco Mundial (BM), conformado por el BIRF y la AIF, se le achaca el haber financiado proyectos que han supuesto una gran erosión al medio ambiente como La represa Sardar Sarovar en India, que causó el desplazamiento de más de 240.000 personas a sitios de tierras pobres, sin agua potable y sin electricidad; el Esquema de Desarrollo Polonoroeste, en Brasil, que produjo la colonización de la selva tropical y la deforestación de un área de tamaño similar al de Gran Bretaña; la represa Pak Mun en Tailandia, que destruyó completamente los pesqueros en el río, reduciendo a la pobreza a los pescadores de la región y alterando drásticamente la dieta de un número incontable de personas que viven en la cuenca del río en Tailandia, Laos, Camboya y Vietnam; el Singrauli en India, que aloja doce minas de carbón a cielo abierto, las cuales han contaminado el agua, las cosechas y la fauna ictícola lo que llevó a que más de 300.000 personas debieran ser reubicadas para completar el proyecto, muchas de las cuales fueron a parar a asentamientos precarios sin acceso a la tierra ni facilidades básicas de saneamiento.

El BM ha favorecido también a los países más industrializados habiendo exportado residuos peligrosos o tóxicos a países en desarrollo recolocando industrias contaminantes de los países industriales en países en desarrollo.

Las condiciones de los pequeños agricultores también se han visto agravadas por las decisiones del BM al no recibir beneficios de riego y energía producidos por las grandes represas. De igual forma se alienta el reemplazo de cosechas de subsistencia por cultivos industriales, aún en áreas que no son apropiadas para ese propósito, pauperizando aún más a los campesinos.

El BM ha prestado dinero a gobiernos de dudosa legitimidad, carácter dictatorial y que no cumplían los Derechos Humanos propugnados por la ONU. Así, se han hecho efectivos préstamos a dictaduras reconocidas por violaciones de derechos fundamentales, como Chile, Uruguay y Argentina en la década de 1970, Filipinas bajo la dictadura de Ferdinand Marcos o Indonesia bajo Suharto. El BM se ha excusado argumentando que sus fondos no financian directamente las represiones contra la sociedad pero lo cierto es que al aprobar dichos créditos los gobiernos dictatoriales han podido echar mano de los fondos para acometer persecuciones y prolongar sus respectivos regímenes de terror.

Normalmente las reubicaciones forzosas, debido a empresas y proyectos financiados por el BM, del campesinado ha sido a territorios más pobres y de menor rendimiento agrícola. Indonesia y Brasil son dos ejemplos claros de esta situación.

Los derechos de los pueblos indígenas no han sido correctamente protegidos por el BM. En 1982 el Banco dictó una serie de pautas a seguir para todos aquellos proyectos que afecten a las comunidades indígenas (Tribal Projects and Economic Development Guidelines). En 1996, en boca de uno de los abogados del BM, salió a la luz que la aplicación de estos términos era mucho más blanda de lo que se mostraba en el texto, por lo que los intereses indigenistas quedaban relegados ante otro tipo de factores sacudiendo el desarrollo de estos pueblos.

Las mujeres en el desarrollo no ha sido un factor correctamente manejado por el BM. El sector femenino sigue sufriendo una importante crisis al ser uno de los últimos eslabones al beneficiarse de los proyectos. Su condición de debilidad exige una mayor atención que a otros sectores, aunque muy pobres, no en términos tan absolutos como el que afecta a las mujeres.

Lo que queda terminantemente claro es que tanto el FMI como el BM, más el primero que el segundo por estar orientado éste último a la concesión de préstamos más ventajosos para los Países en Vías de Desarrollo (PVD), han orientado políticas de ajuste estructural que han derivado en enormes costos sociales a las capas más desfavorecidas de estos países. En estos casos es donde los bancos regionales y subregionales, más cerca geográficamente del problema y, por tanto, con mayor implicación en los obstáculos al desarrollo, toman verdadera importancia al prestar su ayuda para los contratiempos ocasionados.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

A mi me gustaría expresar la satisfacción de leer un artículo tan lleno de informaciones sobre esas instituciones financieras que muchas veces, en vez de auxiliarnos en nuestro proceso de desarrollo, solo impide. El contenido está muy didactico y aclarador, sobretodo cuando nos informa sobre la origen en el Acuerdo de Bretton Woods, los objetivos y las acciones contrarias al desarrollo que esas instituciones han tomado a lo largo de los años. Brasil, como uno de los paises mencionado, ha sido una victima de ese caracter pervertido desde 1824 cuando contrajo una deuda de 3 millones de libras como pago por nuestro reconocimiento como nación independiente. Poco tiempo despues mas deuda para la instalación de las primera industrias productoras de cafe. Más tarde más deudas para instalar las industrias más modernas, entre las cuales esta la automovilística hacia los 60, si no me falla la memória. Ahora los equipos actuales del Banco Central y del Ministerio de la Hacienda han festejado el pago de algunos titulos, como el del FMI. No sé si es una razón para celebrar porque la media de crecimiento en Brasil es 2,3% al año, según el sitio Desemprego Zero (http://www.desempregozero.org.br/artigos/carnaval_da_divida_externa.php). Es aún muy bajo, no? Mientras los vecinos de Argentina crecen 8,7%, los de Peru 6,1%. China, Rusia y Turquia han obtenido las tasas de 9,7%, 6,3% y 5,5% al año, respectivamente. La cifra brasileña solo supera a Haiti-1,5% al año. Muy dudoso, no?

Un beso, José
Hasta pronto