jueves, 1 de marzo de 2007

Cómo escapar de prisión sin morir en el intento

De Juana cumplirá su pena en su domicilio o en un hospital bajo vigilancia.Así de simple y sencillo le ha resultado a José Ignacio de Juana Chaos, más conocido por sus amiguitos y simpatizantes abertzales como Iñaki, salir de la cárcel. Tan sólo hubo de montar el numerito, ése que tan bien saben representar los presos etarras, e insertar, en el polvorín del entorno de la izquierda más radical, el germen que se iría propagando como propaganda mediática barata de trapería y tenderete hasta conseguir el fin perseguido de la mano, ¿cómo no?, del siempre agraciado y magnánime Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior del Gobierno de la Rendición.

Todos sabíamos que esto iba a suceder, hasta el más ingenuo y desconectado individuo del mundo político y social llegaba a figurárselo. Los guiños vislumbrados del Ejecutivo de Zapatero al entorno de Batasuna atesoraban la corazonada de que la buena acción estaba por llegar, definitivamente, hasta hoy.

Iñaki es un asesino que no ha mostrado ningún tipo de arrepentimiento de sus hechos que le llevaron a prisión. Es más, si alguien tenía duda no se privó de autoafirmarse de su demente conducta al regocijarse, en un artículo escrito, de las caras desencajadas en el funeral por el asesinato de Alberto Jiménez Becerrill y su esposa Ascan. Así, el sanguinario De Juana "había comido para todo un mes".

Todo este 'teje maneje' de la discordia ha sido malvadamente urdido por el inquilino de La Moncloa. Sigue, José Luis Rodríguez Zapatero, claudicando a su estilo, con ese peculiar talante del falso diálogo. Es ese método, de este Presidente por accidente, al que pronto le dejó de zumbar en sus oídos el brutal atentado de la T4 en Barajas, no así a la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles, el máximo valedor de perseguir un objetivo que está abocado al más absoluto de los fracasos.

Dice el retorcido Rubalcaba que "el Estado ha de ser humanitario incluso con los que no lo fueron". Seguramente habría que preguntarle si opinaba lo mismo cuando el ex ministro de la Presidencia y de Relaciones de las Cortes en la última etapa felipista tenía que limpiar, día sí y día también, la sangre de su partido por los escándalos del GAL y el Crimen de Estado que, tan gustosamente, practicaba el PSOE años atrás.

Antes se pilla al mentiroso que al cojo. Y, lo peor de todo, es que Rubalcaba ya no tiene edad ni suficiente holgura política como para zafarse de los hechos que lo delatarán siempre. A veces, una retirada a tiempo es toda una victoria, pero en tu caso..., una salvación para la dignidad de aquellos que, ante estos tiempos de amargura, tienen la valentía de salir cada día y decirle a ETA lo que sería lógico debiera aseverarle el Gobierno de la Nación. Ya sabemos todos, que ni lo uno ni lo otro. Ni para mentir, ni para decir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

tio corrige el blog.
¿que esta en la calle?
anda ya