viernes, 9 de febrero de 2007

Dios no ha desorientado a Iñarritu

Alejandro González Iñarritu nos trae una obra maestra donde se entrecruzan vidas que, aparentemente, nada tienen que ver las unas con las otras. Parece ser que en Hollywood ha gustado seguir la innovación que un día decidió regalar Quentin Tarantino al mundo del séptimo arte y que, acertadamente, le dio, no hace mucho, gratos triunfos a Crash de Paul Haggis en los Oscar.

Babel nos trae la vida y acontecimientos lejanos que confluyen a partir de un hecho nimio que pronto recobrará la importancia debida a sus trágicas consecuencias. Un efecto que trastoca la existencia de personas de diferente cultura unidos a través de un mismo cabo.

Como actor principal alejado, esta vez, del papel de guapo de Hollywood Brad Pitt demuestra una correctísima actuación. Pero si hay una actuación impresionante, soberbia y triunfante sobre todas las demás ésta es, sin discusión, para Rinko Kikuchi interpretando a una dulce, entrañable y sordomuda japonesita necesitada de cariño.

La música acompaña muy bien al largometraje con un montaje excelente, pese a darse grandes pasos de tiempo y retrocesos en la historia para ofrecerla de diversos ángulos.

Con 7 nominaciones a los Oscar de Hollywood Babel se anticipa, quizás, como la gran favorita de la gala de los premios más mediáticos del panorama audiovisual.

Una película desgarradora con el acontecimiento de tragedias humanas que sensibilizará a todo el público. Imperdonable el no deleitarse con ella.

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