domingo, 25 de febrero de 2007

iPhone: La Octava Maravilla de la telefonía móvil

El excéntrico y mago del marketing y CEO de Apple, Steve "maravilloso" Jobs", obsequió a los asistentes de la Macworld del 9 de enero, un evento donde el denominador común es el mundo Mac y todo lo que tenga que ver con él, con un secreto bien rumoreado durante bastante tiempo que venía a decir que Apple entraría, tarde o temprano, en el sector de la telefonía móvil con un nuevo aparato. ¡Y qué aparato!, y así fue, como los de Cupertino desvelaron y despejaron la incógnita con un nuevo gadget que dejó boquiabiertos a los asistentes de tal acontecimiento. Nacía el iPhone.

Con una majestuosa y estudiada representación del terminal, Jobs, fue desgranando, poco a poco, como si hilara con suavidad bellos remiendos de palabras que dulcificaban su buen producto. El iPhone contaba, de esta forma, con ese paraguas de la mercadotecnia que tan bien sabe delegar el CEO de Apple a sus entusiastas mackeros.

El nuevo cacharrito de Apple, que llegará a las tiendas norteamericanas el 15 de junio de 2007 para, ¿cómo no?, llegar a tierras europeas a finales de este presente año, contará con todo lo que viene siendo habitual en un terminal de este calibre: cámara digital de 2 megapíxeles, Wi-Fi, Bluettoth 2.0, EDGE y unas dimensiones realmente pequeñas para todo lo que promete traer.

Pero lo que realmente desmarca a este producto de los demás es su total fundición con aquello que ha hecho a la marca de la manzana sobresalir del resto: su elegante y elitista iPod, el rey de los reproductores de música y vídeo digital. Así, el iPhone recuerda especialmente a este gadget musical sumándole, además, lo anteriormente comentado y lo innovador de este proyecto, una pantalla multitáctil adornado con el sistema operativo Mac OS X, con todo lo que ello significa.

Sobra decir que, actualmente, no hay en el mercado ningún aparato de telefonía móvil que goce de esta característica táctil que le proporciona una precisión y suavidad sin igual. La batería promete aguantar 5 horas en reproducción de vídeo o conversación o 16 horas proliferando música en nuestros oídos.

La pantalla de 3,5 pulgadas y una resolución de 320x480 píxeles con 160 ppi hará de esta experiencia una inolvidable interfaz de uso. En eso Apple son unos verdaderos maestros.

Faltan, aún, algunos datos muy importantes que Jobs tendrá que ir soltando comedidamente como el procesador que llevará tan grato y apetitoso invento y si, finalmente, soportará la banda 3GSM, la cual, progresivamente, irá sustituyendo a la actual GSM y que tan pocas posibilidades ofrece, a estas alturas, para servicios integrados de banda ancha.

El mayor hándicap será su precio en Europa debido a la caprichosa e insultante paridad adquirida de $1 igual a 1 €. De esa suerte, muy presumiblemente, el iPhone desembarque en el continente europeo con un precio entre 499 y 599 euros, dependiendo si escogemos la capacidad de almacenamiento de 4 u 8 gigas, respectivamente.

De cualquier forma, si yo fuera responsable de la reina Nokia o la incansable Sony-Ericsson no podría pegar ojo sabiendo que Apple se introduce en el mercado de la telefonía móvil con este aparato y todo lo que ello apareja. En unos meses tendremos grandes respuestas a esta nueva intromisión de Jobs en un sector, hasta ahora, desconocido para él. Y, esperemos, que nosotros también disfrutemos de ello, del iPhone.

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