EEUU vs Protocolo de Kioto

Hace pocos días quedábamos impresionados por la revelación por parte de la ONU, mediante un informe del Panel Intergubernamental sobre Cambo Climático, de que las livianas sospechas, hasta entonces, de sobrecalentamiento del planeta son realmente reales. Trastocados por la rigurosidad de su informe, que no se cuestiona ya si existe o no metamorfosis climática, la pelota pasa ahora al tejado de los principales líderes de los países más contaminantes.

Y cuando la palabra contaminación aparece y viene acompañada del Protocolo de Kioto, un convenio o tratado como forma de antivirus a los gases de efecto invernadero, muchos son los que deciden señalar directamente a los Estados Unidos de América. El ojo visible de todo mal en el mundo.

Sí, es cierto. EEUU es el país más contaminante del mundo. Su tejido industrial lo necesita para ser la vanguardia del planeta. También es verdad que es el más consume y gasto de energía tiene por habitante. Y para colmo de males se niegan a aceptar dicho Protocolo que, a falta de ser un buen remedio, por lo menos actuaría de paliativo a la enfermedad que ya sufre nuestra querida Tierra.

EEUU firmó el Protocolo de Kioto pero ni el bueno de Bill Clinton ni el malo de George W. Bush lo ratificaron y, para más ende, éste último decidió en 2001 desmarcarse de dicho Convenio y abandonarlo definitivamente. El presidente norteamericano no hizo otra cosa que velar por sus intereses, alguno de ellos son los que le mantienen donde está por desgracia para el resto de los mortales, y no cortar el flujo de energía de su polivalente industria que los hace estar en la cúspide. También influyeron los hechos de que a países en vías de desarrollo como China e India no se les aplicara rigurosamente las mismas tasas que son exigidas a los países desarrollados como EEUU. Así, el Protocolo de Kioto tiene diferentes varas de medición. Y esto es algo lógico ya que cercenar la floreciente industria asiática causaría un daño máximo para las propias aspiraciones de estos dos estados.

Como siempre nos encontramos en un tira y afloja y un toma y daca donde nadie desea perder su estatus. Si los gringos ceden los asiáticos les comen terreno. Y no es como para tomárselo en broma, hablamos de economías que crecen rápidamente y sin ningún temor a engullirse todo lo que esté por su camino.

Los tiros para la integración de EEUU en el Protocolo de Kioto debieran pasar por buscar políticas que plantearan la utilización de energías renovables y lo menos contaminantes posibles. La creación de una bolsa económica que ayudara a los países menos desarrollados en el trasvase de métodos contaminantes en otros que lo sean menos, y fomentar el acercamiento de los países más representativos y con más peso del Protocolo de Kioto con EEUU y, que éste último tuviera una involucración más directa con los países más necesitados en este sentido. Es decir, una colaboración activa entre todos hace tender puentes y compromisos mucho más largos que cualquier otra inciativa.